Nueva York se incorpora a la C-guide

Nuestra C-guide incorpora Nueva York sumando 140 obras fechadas después de 1979, como ejemplo de la mejor arquitectura contemporánea de la ciudad. Han sido elegidas por 38 destacados profesionales que integran el comité científico, entre los más de 500 proyectos que habían sido propuestos por el equipo de redacción en colaboración con entidades locales e instituciones especializadas. Nueva York es así la decimotercera ciudad que se une a la guía, un proyecto que ya ha sido reconocido al optar actualmente al Premio Arquitectura del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos Españoles (CSCAE), en la categoría de investigación, divulgación y diversificación profesional.

Entre las nuevas incorporaciones, diez obras han obtenido la calificación CCC, la más elevada que otorga la guía, reservada a casos de arquitectura excepcional que por sí solos justifican el viaje. Son las siguientes:

  • Edificio residencial Via 57 West (obra del estudio BIG),
  • Parque High Line (Diller Scofidio + Renfro)
  • Centro cultural The Shed (Diller Scofidio + Renfro)
  • Renovación del Lincoln Center (Diller Scofidio + Renfro)
  • Centro educativo Roy & Diana Vagelos (Diller Scofidio + Renfro Parrish)
  • Parrish Art Museum (Herzog & de Meuron)
  • Edificio residencial 809 Broadway Street (ODA New York)
  • Museo Whitney de Arte Estadounidense (Renzo Piano)
  • Nuevo Museo de Arte Contemporáneo (SANAA)
  • Parque Governors Island (West8)

La presencia de Nueva York en la C-guide ofrece la oportunidad de visitar y reconocer la gran manzana atendiendo a la fuerte transformación arquitectónica que ha experimentado en los últimos años. Quien vuelva tras un largo periodo encontrará un skyline transformado por nuevos rascacielos entre los que destacan obras de grandes arquitectos de fama internacional como la Torre Beekman de Frank Gehry; la Torre del New York Times, de Renzo Piano; la torre One 57, de Christian de Portzamparc o la torre en el 505 de la Quinta Avenida, diseñada por Kohn Pedersen Fox Associates.

Dentro de la categoría de rascacielos cabe destacar la proliferación de edificios en altura dedicados a vivienda de lujo, construidos al calor de las ventajas fiscales promovidas por el alcalde Bloomberg para los compradores de este tipo de apartamentos. Dos de los rascacielos más icónicos de este tipo son La torre 56 Leonard Street de Herzog & DeMeuron y la elegante 432 Park Avenue de Rafael Viñoly. Otras torres residenciales que destacan por experimentar innovaciones tipológicas en el contexto de Manhattan son la Blue Residential Tower, de Bernard Tschumi y el edificio Via 57 West de BIG, un híbrido entre rascacielos y edificio de patio de manzana cerrada.

La potencia cultural de la ciudad queda reflejada en la producción arquitectónica de los últimos años, con instituciones culturales neoyorkinas de larga tradición que han llevado a cabo proyectos de renovación de gran calidad, entre los que destacan la reestructuración del Lincoln Centre, de Diller Scofidio + Renfro o la conversión del Park Avenue Armory en centro cultural, realizado de la mano de los arquitectos suizos Herzog & de Meuron. 

Vista aérea del High Line. Fotografía de Iwan Baan

De la posición de vanguardia que Nueva York sigue ostentando en el panorama global dan fe las nuevas infraestructuras culturales de la ciudad como por ejemplo New Museum of Contemporary Art, único edificio firmado por Sanaa -premio Pritzker 2010- en la ciudad. The Shed, también de Diller Scofidio + Renfro, es otra de las grandes adiciones al paisaje cultural. Con su gran cubierta móvil, además de un contenedor cultural, es en sí mismo un reclamo de contemporaneidad para la ciudad. Está situado junto a otro de los objetos públicos que más repercusión ha tenido en los últimos años: The Vessel, un mirador en forma de colmena diseñado por Heatherwick Studio

La universidad, especialmente la Columbia University, es otro de los grandes motores de producción arquitectónica contemporánea de la ciudad. Lejos del modelo de campus americano sobre una pradera verde, los distintos centros asociados a la universidad se distribuyen por la ciudad, generando la idea de que la propia ciudad es el campus y respondiendo a distintos contextos urbanos. Destacan edificios como el edificio Northwest Corner de Rafael Moneo y Moneo Brock Studio; el centro educativo Roy y Diana Vagelos o la escuela de Negocios de Columbia. 

Una de las tendencias de los últimos años en la ciudad ha sido la recuperación de espacios públicos para peatones en distintas zonas de la ciudad. Por ejemplo, el proyecto de renovación de Times Square, de Snohetta; la recuperación del antiguo frente portuario del East River de Shop Architects o el nuevo parque de las colinas ubicado en la antigua isla militar de Governor Island. En este apartado no podemos dejar de mencionar el que sin duda es el proyecto que más ha transformado Manhattan en los últimos años: el High Line. Diseñado por Diller Scofidio + Renfro, el proyecto recupera una vía elevada sin uso desde hace décadas como espacio peatonal y de ocio. El High line, además de un nuevo eje vertebrador de la ciudad, se ha convertido en la semilla de un proceso de regeneración urbana en la zona conocida como el meatpacking district.  Sus repercusiones no son sólo locales. Cómo dicen sus diseñadores, el High line se ha convertido en un proyecto viral que ha servido de inspiración para innumerables proyectos alrededor del mundo.

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