Fallece Antonio Jimenez Torrecillas
Con un profundo pesar, compartimos la noticia del fallecimiento de nuestro Patrono y amigo Antonio Jiménez Torrecillas.
Incorporado a la Fundación Arquitectura Contemporánea en 2012, participó en el ciclo de conferencias MadeinSpain3 Asia con una clase magistral en el Instituto Cervantes de Tokio sobre el concepto de felicidad y su búsqueda a través del arte de los jardines de Japón y Al-Andalus. Ciudadano del mundo refugiado en Granada, ya indicaba entonces: “Andalucía, de donde provengo, es también una cultura milenaria. Su influencia oriental queda fuera de duda. También la relación con la naturaleza y su concepto de paraíso ha sido y es troncal. Los proyectos y las obras de arquitectura que se van a presentar en esta charla están próximos a esta ideología.”
Profesor Titular de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Granada y Premio de Arquitectura Española a la mejor intervención en el Patrimonio Histórico, ha sido profesor invitado en una veintena de escuelas e instituciones de Europa, Asia, África y América. Ha recibido el Premio de Arquitectura Española por la intervención en la Muralla Nazarí del Alto Albaicín, que cuenta también con otros ocho reconocimientos internacionales. Su trabajo ha sido premiado en todas las ediciones de los premios de Arquitectura de Granada desde su constitución en 1996. Otras distinciones internacionales (European Prize for Urban Public Spaces, Premio Internazionale Architettura Pietra, Contractword Award…) se suman a las nacionales FAD, Saloni o a las convocadas por el Consejo Superior de Arquitectos de España. Todo ello ha ayudado a difundir su pensamiento y a incorporarlo a exposiciones como la Mies Van der Rohe, los Premios Suizos BSI de Arquitectura, o las Bienales de Arquitectura Española o de Venecia.
Tras más de dos años de lucha, Antonio fallecía ayer a los 52 años de edad, dejándonos un gran legado como arquitecto, profesor y persona.
Como Ricardo Hernández Soriano escribe hoy, “aunque la muerte de un amigo dificulta una valoración objetiva de su trayectoria, se puede afirmar con rotundidad que su huella sobre la arquitectura granadina será imborrable y que el impacto cultural de su producción quedará como un legado inestimable para las próximas generaciones; la profesión de arquitecto le debe mucho, el respeto de una sociedad que gracias a su obra ejemplar y metódica ha entendido el patrimonio como un legado cuya continuidad es posible gracias a la aportación contenida de lo contemporáneo.”
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