Encuentros ARCA | Coloquio: Bases para el reconocimiento social y legal del patrimonio contemporáneo

Los Encuentros ARCA fueron una jornada sobre la protección del patrimonio arquitectónico contemporáneo celebrada en Madrid el 25 de mayo de 2023. En esta serie de artículos, desgranamos cada una de sus charlas: ofrecemos la grabación completa y algunos destacados.


El coloquio “ARCA. Bases para el reconocimiento social y legal del patrimonio arquitectónico contemporáneo” reunió a varios patronos de la Fundación Arquitectura Contemporánea (FAC) y la Fundación Arquitectura COAM. El moderador, el presidente de la FAC Pedro García del Barrio, asentó la charla sobre las bases del proyecto ARCA. Esto es, el patrimonio como bien de interés público y la arquitectura como ciencia al servicio de la sociedad.

Comenzó con la intervención de Ramón Andrada, patrono de la Fundación Arquitectura COAM. Andrada habló de la labor de divulgación que realizan para proteger su arquitectura contemporánea, como las visitas guiadas o la conservación de archivos de arquitectos abiertos a consulta. También llamó la atención sobre un problema: en Madrid, a día de hoy, no se pueden proteger obras cuyo autor está vivo. “Nos pasa a menudo que vamos a ver arquitecturas premiadas hace veinte años y nos encontramos con que las han transformado, arruinándolas. Y muchas veces esto viene de la propia administración”, explicó. Según Andrada, estas obras, aunque sean recientes, han tenido tiempo de demostrar un valor. Como base para su protección, expresó la necesidad de recopilarlas.

Martha Thorne, patrona de la FAC, quiso recalcar que la arquitectura es una profesión sumamente colaborativa y multidisciplinar. En ese aspecto, añadió, es donde la arquitectura puede extenderse más hacia la sociedad y hacia otros campos; y así, transmitir que es algo que vivimos todos, de modo que es importante participar en la conversación. Thorne aludió también a los cambios de criterio a la hora de valorar la arquitectura. “Tenemos que ser conscientes de los procesos de especulación, y no diferenciar entre el edificio como producto cultural y el edificio como producto económico”, señaló, de modo que podamos valorar la contribución al entorno, a la comunidad, a la ciudad, más allá de las fronteras del propio edificio.

Francisco Daroca, patrono de la FAC, habló de su trabajo con el catálogo de bienes protegidos del Ayuntamiento de Córdoba, que incluye obras de arquitectura reciente. Daroca señaló una dificultad que plantea la arquitectura frente al resto de bienes culturales: que el ciudadano no es un observador pasivo, sino que tiene una dimensión de uso. “Un cuadro puede revalorizarse por su valor artístico, pero el valor económico de la arquitectura reside en la especulación sobre el suelo”, explicó. De modo que proteger la arquitectura, advierte Daroca, puede resultar poco apetecible para los usuarios. Con todo, incidió en que los catálogos son un instrumento fundamental de protección, ya que constituyen el sistema legal y jurídico que contemplan contemplado en las leyes de urbanismo y de patrimonio.

Rafael de La-Hoz, patrono de la FAC, distinguió tres modelos de abordar el patrimonio: el germano, el mediterráneo y el inglés. Todos ellos, explicó, cuentan con una ley de patrimonio, pero hay diferencias en la aplicación: mientras que el modelo alemán recae en la figura del conservador, el mediterráneo descansa en la legislación y el británico se sostiene sobre la iniciativa privada. Respecto al mediterráneo, que es el que atañe a España, De La-Hoz señaló que echa en falta la colaboración público-privada. Que contribuiría a que “exista un interés en proteger y que no constituya una mera obligación legal”, reforzando así las buenas leyes, los buenos catálogos y los buenos planes.

Victoria Garriga, patrona de la FAC, aportó su experiencia en la relación de otras culturas con su patrimonio. En el caso de Irak, señaló que allí el patrimonio no existe si no tiene valor religioso. En la actualidad, opinó, lo que está sustituyendo a ese valor sagrado del edificio es el uso, por encima del valor artístico. Garriga, por el contrario, defendió que el valor intrínseco de la obra debe prevalecer frente al contexto, el uso u otras consideraciones. “Hay construcciones que no solo representan, sino que son“. Pero esta, añadió, “es una forma de entender la arquitectura más vinculada al pensamiento moderno que al actual”, que sacraliza el valor de uso por encima de lo que hace que un edificio trascienda.

Juanjo López de la Cruz, patrono de la FAC, habló de su papel como comisario de la XVI BEAU (Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo), bajo el lema “Me-dio Pla-zo”. Un lema que apela al tiempo, a la condición de “comprender que lo que va a suceder en un futuro inmediato está determinado por las acciones del presente”, expuso, añadiendo que, a su vez, el día a día está conformado por lo que sucede en el pasado. De modo que lo patrimonial es también una cuestión de futuro. También consideró que el patrimonio se concibe como algo a preservar por su valoración histórica, artística o singular. Y que eso puede ser ajeno a una arquitectura con la que la sociedad convive en presente, apuntando a uno de los retos del concepto de patrimonio contemporáneo.

María González, patrona de la FAC y también comisaria de la BEAU, aludió a la necesidad de evitar la congelación en catálogos infinitos y mecanismos burocráticos pensados para un futuro a largo plazo. “Conviene, en cambio, pensar en mecanismos ágiles que nos permitan intervenir de una forma eficiente y rápida”, afirmó. Sobre las dificultades de la protección patrimonial, puso el ejemplo de la arquitectura del movimiento moderno, apuntando que fue concebida con recursos mínimos, pero que alberga una gran calidad en una dimensión intangible que a menudo es difícil de catalogar. Apeló, por tanto, a “definir herramientas eficaces que sean capaces de recoger estos valores intangibles y favorecer su transmisión”.

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