Córdoba (Córdoba)
Avda. Gran Capitán, 13
1984-87
ARQUITECTO:
Rafael de La-Hoz Arderius
Gerardo Olivares James
José Chastang Barroso
Edificio en esquina de dos vías que forman un ángulo ligeramente agudo, el Paseo del Gran Capitán y la Ronda de los Tejares. Las fachadas, muy tersas, vuelan sobre la alineación, achaflanando la esquina. El retranqueo de la planta baja (en realidad, planta baja y entreplanta) acentúa la expresividad del voladizo. El acristalamiento y diafanidad de la planta baja consigue no solo crear una cierta sensación de ingravidez sino que introduce la calle en el patio de operaciones del banco.
La fachada, de aplacado de travertino despiezado según una fabrica de sillares en aparejo reticular, aparece simulando sendos muros –a una calle y a otra- separados y flotantes al introducir un hueco vertical centrado en el chaflán, uniéndose en sensaciones visuales de continuidad con la umbría de las plantas bajas. El despiece de la piedra es “leit motiv” para la geometría de composición, siendo también el valor de los cristales de los ventanales, aparentemente en disposición simétrica en ambas fachadas, efectuándole un ejercicio manierista al rigor moderno.
La planta es prácticamente un triángulo diáfano, reservando a medianera los espacios secundarios. De manera similar a las fachadas, un listonado metálico efectúa el valor de junta entre piezas de solería y de techos, esta vez según tramas triangulares. El contrapunto lo da una escalera cilíndrica exenta.
Pero la escalera principal o emblemática se presenta próxima a la puerta y visualizable por todos lados, incluso la calle. Une los vestíbulos de planta baja y de salón de actos y de exposiciones en la planta -1. Con una geometría justificada a las líneas generales de composición, se muestra aparentemente suspendida al desmaterializar las tabicas y hacer el pretil de vidrio sin carpintería. La coincidencia de la alineación de Ronda de los Tejares con el trazado de la muralla histórica de la ciudad es aprovechada para liberarla en el tramo existente, el subyacente a la cota de rasante, y hacerla registrable tanto desde la calle a través del cristal como desde la escalera y los vestíbulos.
Texto e imágenes:
Francisco Daroca Bruño