La Vivienda Flexible
La vivienda colectiva en alquiler debe satisfacer desde una concepción abierta las necesidades de unos usuarios futuros genéricos pero la demanda de flexibilidad para nuestras viviendas en la actualidad nos exige ir más allá ofreciéndonos la máxima rentabilidad de los metros cúbicos de espacio permitiendo interpretaciones y usos diferentes según el usuario.
Los jóvenes constituyen un colectivo con unas características determinadas para el acceso a la vivienda no existiendo en la actualidad un mercado que cumpla sus expectativas de manera acorde a sus posibilidades económicas y necesidades vitales. Las particularidades específicas de este grupo en cuanto a los conceptos de la articulación trabajo, descanso y ocio (tele-trabajo, horarios abiertos, consumo de contenidos digitales, etc.) y al establecimiento de nuevos modelos de relaciones sociales, y en consecuencia nuevos criterios de intimidad, desembocan en agrupaciones alejadas del modelo familiar clásico. Bajo esta premisa asistimos en el mundo actual a la emergencia de comunidades experimentales en las que nuevos modelos de gestión convierten a los habitantes en agentes dinámicos que participan en distinto grado en la actividad diaria y el mantenimiento del edificio que ocupan.
Experto de referencia:
Javier Terrados, Doctor arquitecto, Profesor del Departamento de Proyectos Arquitectónicos, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla y que desarrolla una línea de investigación sobre vivienda flexible y prefabricada.
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¿Cuánta memoria?
¿Y si, llegado un momento de nuestro itinerario personal ya no queremos cambiar nuestro escenario? La memoria es aliada de la lentitud y el olvido adora la prisa. A veces necesitamos que, ante ese paisaje del afuera en el que los cambios superan nuestra capacidad de adaptación, la casa sea el estabilizador, el contenedor de las memorias y las identidades. Hay algo muy humano en aspirar a que los recuerdos se inmovilicen en un escenario doméstico entendido como un refugio amigable y con pasado. El último bastión. La no-flexibilidad en la casa sería la frontera de la resistencia frente a las relaciones flexibles, el trabajo flexible, el urbanismo flexible o las convicciones flexibles.
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Por otro lado, se podría establecer una relación inversa entre el intervalo entre los cambios y la fragilidad del elemento adaptable. ¿Queremos rapidez? Asumamos entonces una dosis de fragilidad, la cual conlleva una específica relación de respeto, de delicadeza y de interrelación con el elemento constructivo que cobija los espacios. Si éste se quiere vivo y cambiante, necesita de un usuario que lo trate de manera diferente a las paredes sordas, permanentes, macizas y “sin mantenimiento” que construyen intemporalmente las casas mediterráneas.
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¿Cuánto tiempo?
En realidad, todas las viviendas del mundo son flexibles, si se espera el tiempo suficiente. Nuestras viviendas, atravesadas de tabiques, son flexibles si la necesidad compensa la incomodidad de la presencia de un albañil o un montador de cartón-yeso durante una pequeña temporada. ¿Cada cuanto cambian nuestras necesidades, o la composición de nuestra unidad de convivencia? Para Baudelaire, el Paris moderno cambiaba más rápido que el corazón de sus habitantes. ¿Cambiamos a la velocidad suficiente?
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Por tanto, si las viviendas no pueden ser grandes, tendrán al menos que permitir que los muebles puedan adquirir variadas configuraciones y agregaciones. Dado que necesitamos compartimentar las viviendas para que el ruido, la luz o los olores no pasen de unas escenas cotidianas a otras, en la vivienda social es difícil imaginar otra flexibilidad distinta de la que proporciona un trazado lo más regular posible del número mínimo de habitaciones que los usos necesitados de estanquidad demandan. Los sistemas de tabiquería móvil aislantes del ruido y operables fácilmente por un usuario doméstico suelen exceder la escala presupuestaria habitual de la vivienda.
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Como Witold Rybczynsky no cesa de insinuar en sus historias acerca de la casa, el espacio doméstico es sobre todo el ámbito de los muebles (incluyendo en sentido amplio también el equipamiento de la vivienda), los cuales son los intermediarios entre la arquitectura y el cuerpo humano, sus posturas y sus necesidades físicas. Y los muebles y sus dimensiones son muy poco flexibles, como poco flexibles son las dimensiones y las costumbres del cuerpo.
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¿Cuánto espacio?
Para la gran mayoría de los ciudadanos, la vivienda es un bien escaso. ¿Cuánto cuesta una vivienda? Es fácil calcularlo: hasta donde puedas pagar hipotecando un tercio de tu vida. Por lo tanto, cada metro cuadrado es un bien escaso, como lo es cada centímetro cuadrado de un coche. El gran salón de los espejos de Versalles es flexible: se podría compartimentar para organizar una residencia de ancianos o acondicionarse para albergar el congreso francés de internautas. Conforme los metros cuadrados son menos, la arquitectura de la vivienda tiene que negociar su trazado con sus previsibles usuarios, pero también con los habitantes más reales y más permanentes de las casas del mundo desarrollado: los muebles y las pertenencias.
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CUÁNTO ESPACIO, CUÁNTO TIEMPO Y CUÁNTA MEMORIA.
La flexibilidad en duda.
Dejadme por un momento situarme al otro lado del río en cuanto al concepto de la flexibilidad en la vivienda. En el lado de los que no la consideran un atributo realmente imprescindible para el espacio doméstico moderno, los cuales se podrían hacer las tres preguntas del título, antes de coincidir con todos (yo mismo) los que la defienden, a veces sin más. (Transcribo la reflexión segmentada en seis comentarios que tienen sentido leídos en continuidad).
Totatmente de acuerdo Carlos.
Agradecemos a todos vuestra participación en las jornadas y no olvidéis pedir el certificado en el apartado correspondiente.
gracias,
Muchas gracias por las jornadas, han sido muy interesantes.
El espacio que se encuentra… se trata de crear posibilidades. Crear nuevas fórmulas de habitar; lugares de intercambio y encuentro, estimular la respuesta emocional.
El deseo de una arquitectura que renuncia a todo dogma, abriéndose a la libertad de la posibilidad.
Hola SATS. Como le decía más abajo a Emmanuel, tratar de romper los márgenes que se dan por fijos y establecidos es el punto de arranque para el cambio. Es una pena no encontrar un marco de acción real más práctico y haya que conformarse con teorizar sobre el papel o en foros como éste. La innovación y la investigación son el futuro, también en arquitectura.
CM, todo este material se lo mandamos a tu no_cliente a ver que pasa…
Ja,ja,ja… si, es una opción….
Se han abierto los comentarios en la parte destinada a los premios y menciones. Aviso a los autores de los mismos para que puedan aportar comentarios a los ya realizados.
La arquitectura debe adaptarse a la mente inquieta de la sociedad a través de la flexibilidad funcional, pero al mismo tiempo, debe contrarrestar la aceleración y el malestar.
Adaptación trascendente de conceptos presentes en la arquitectura vernácula desde tiempos inmemoriales. Términos nuevos para conceptos antiguos ¿Arquitectura sin arquitectos?
Arquitectura sin limites, sin materialidad, solo actividad…Querer, comer, dormir, trabajar, cuanto de intimo y de colectivo tienen esos tiempos…los caracoles hacen casi todo fuera de casa…
Esa actividad fuera de «casa» puede ser una extensión de un habitáculo íntimo, pero podría ser aledaño, dentro de un todo, como el edificio objeto del concurso. Se ha mencionado la arquitectura vernácula, donde a veces los espacios que son más interesantes o más confortables surgen de una acumulación de usos sobre el de vivienda, y casi de una forma aleatoria, para adaptarse a una función determinada…surgen de un saber hacer a partir de un saber vivir. Un edidificio que pueda albergar distintos tamaños y modelos de vivienda, e incorporar otros usos-extensión de la vivienda.
Así entendimos nosotros el término flexibilidad en este concurso.
Tratar de articular soluciones espaciales que reflejen tanto la diversidad como la noción de cambio continuo.
Creo que la vivienda en general reclama espacios intermedios que más allá de lo abstracto o lo figurativo posibiliten pasar de un ambiente a otro sin que se produzca una ruptura total. Quizás habría que poner más atención en aquellos espacios en los que todavía es posible el mestizaje.Lugares sin una función precisa. Los valores colectivos, asociados a la capacidad de éstos para hacernos disfrutar.
En el proyecto STARING AT THE SUN (mención) puede ver unos espacios intermedios en la vivienda que a mí me parecen muy sugerentes, denominados ‘espacios de inducción aromática’, y que responden al mestizaje al que haces referencia.
Bueno,efectivamente, creo que todos los que hemos participado en el concurso hemos propuesto espacion no convencionales. Romper esos convencionalismos, los estandares clásicos en los que la vivienda se desarrolla es la clave del cambio. El mestizaje, la pérdida parcial de la propiedad o la capacidad de ceder y compartir espacios con otros individuos, espacios sin límites o con límites cambiantes según los requerimientos del usuario… y también, como se esta comentando en otras mesas el hacer ciudad ( en el sentido colectivo antropológico) e incorporar esos espacios a la vivienda.
Hola Emmanuel. Totalmente de acuerdo contigo. Tratar de romper los márgenes que se dan por fijos y establecidos es el punto de arranque para el cambio. Es una pena no encontrar un marco de acción real más práctico y haya que conformarse con teorizar sobre el papel o en foros como éste. La innovación y la investigación son el futuro, también en arquitectura.
La flexibilidad de una vivienda la fuerza su uso y por lo tanto todas las viviendas deberían ser flexibles. El problema está en la ausencia de espacio que nos obliga a inventar términos como «espacios almacén» o «espacios intermedios» para dotar a la vivienda de algo que debería tener inexorablemente.
La flexibilidad es una enfermedad derivada de la especulación urbanística y de hecho, con la bajada de los precios de la las viviendas cada vez este discurso cae más en convertirse en algo obsoleto.
La flexibilidad en arquitectura debe reivindicar «espacio» para la vivienda.
Siento no coincidir contigo Jesús. Entiendo más la flexibilidad de la vivienda ligada a la sostenibilidad (aumentar la eficiencia y aprovechar mejor los recursos). No defiendo con esto la infravivienda o los espacios mínimos, pero sí defiendo el uso eficiente del espacio. Piensa, por poner un ejemplo, que una de las propuestas para hacer más sostenibles las ciudades consiste en priorizar el urbanismo no expansivo.
más de acuerdo con DB, la vivienda debe ser más con_vivencia y con eso me contesto mi primera pregunta cuando entre ayer.
La reconversión de los espacios intermedios de su condición funcional a una con-vivencial nos permitiría externalizar algunas funciones intimas. Querer, comer, dormir, trabajar, cuanto de intimo y de colectivo tienen esos tiempos, es esa la flexibilidad que necesitamos?
la vivienda entendida como cobijo de la intimidad debe entenderse como un servicio publico, como un derecho individual…los caracoles hacen casi todo fuera de casa 😉
OK… mi comentario sólo pretende reivindicar la necesidad de disociar la simplicidad espacial en detrimento de la búsqueda de flexibilidad. No podemos maquillar una cosa con otra.
En cuanto al urbanismo, estoy de acuerdo con que no sea expansivo, pero que no caigamos en la trampa de que ello derive en un aumento de su densidad mancillando para ello a la vivienda hasta transformarla en su mínima experesión.
Es cierto que el V4J fue una verdadera excepción. Para empezar no había programa con un número definido de viviendas. Eso daba pie a pensar en espacios menos tipificados e intercambiables . Creo que surgieron varias propuestas interesantes sobre cómo ampliar las tipologías de viviendad, más allá de 2 o 3 dormitorios. Merecería la pena intentar materializarlas.
Hola Eva. La verdad es que arrancó con mucha fuerza la materialización del concurso, pero con los cambios en la administración local, se fueron desinflando los ánimos y terminó aparcado. Esperemos que se retome algún día!
totalmente de acuerdo con maría
Vaciar y envolver; el espacio arquitectónico trabaja con ambos para evidenciarlo, porque el espacio sólo se percibe cuando está delimitado, lo mismo que los colores sólo existen cuando hay luz.
¿No sería más flexible un mercado de viviendas muy distíntas, poco flexibles en sí mismas pero muy adaptadas a una forma de vida muy determinada, que un montón de viviendas iguales pero adaptables a varios usuarios? Quizás lo que hace a la vivienda poco flexible es la hipoteca, que nos ancla a esa vivienda para siempre, no su diseño arquitectónico.
Quizá todo eso depende del mercado, si creas productos adaptados a la mayoría de la gente, serán más fáciles de vender que otro tipo de vivienda más especializado. De todas formas ésto se puede ver desde distintos puntos de vista
Bueno María, tu conclusión responde un poco a los parámetros con los que se convocaron este concurso V4j y por eso (y en respuesta a ese planteamiento, inteligente, creo) muchas de las propuestas hacían hincapié no solo en el diseño arquitectónico y en su flexibilidad sino también en otras formas de «ocupar» esas viviendas que no se limiten a los convencionalismos como el de la hipoteca que mencionas.
Yo te apunto una reflexión que apuntamos en el concurso. La rigidez de la vivienda tradicional genera espacios vacíos a lo largo del tiempo. En la actualidad se estima que 18.000.000 de habitaciones se encuentran vacías en España. Se calcula que esta situación supone un coste de 2.000 millones de euros anuales, que se evitaría al no tener que mantener esos espacios vacíos, acondicionados y no utilizados. Además, en las condiciones actuales este espacio sobrante no se puede ni alquilar ni vender de manera independiente.
Frente a esta rigidez a lo largo de la vida útil de la vivienda tradicional propusimos un sistema de espacio de alquiler que creemos realmente flexible, logrando que la vivienda se adapte al usuario y a su evolución.
Como se está comentando, el concurso ademas de buscar soluciones arquitectónicas, potenciaba soluciones nuevas de vivir la ciudad-el edificio, de imaginar nuevas maneras de acceder-compartir-alquilar-renatabilizar el coste, formas de salir de una situación «egocéntrica-posesiva de mi casa», para buscar alternativas «comunidad-espacio flexible-espacio compartido-espacio común
Entiendo tu postura María y por supuesto la hipoteca y el concepto arraigado de propiedad en nuestras latitudes generan un mercado poco flexible de vivienda. No obstante lo radical de tu propuesta, anularía la posibilidad de continuar habitando una vivienda que te agrada, con un entorno urbano que te guste una vez modifiques tu forma de habitarla; y no debemos olvidar que en el transcurso de nuestras vidas lo natural es modificar la forma en que uno se apropia de los espacios habitables.
Es cierto lo que dice Pablo, una persona de 30 años no tiene por qué habitar una vivienda de la misma forma que una de 65 y quizá un diseño muy especializado no sea viable a largo plazo. Sería distinto si en lugar de comprar la vivienda la alquilaras, de tal modo que según van cambiado los modos de vida, también se vaya cambiando de piso, de modo que siempre estuvieras en un sitio adaptado a tus necesidades
Hola María. Aunque estoy de acuerdo contigo en lo de la hipoteca, pienso que como arquitectos podemos ofrecer diseños más flexibles de esos espacios a los que estamos «anclados», no crees?
Probablemente todo empiece por una flexibilidad mental, de no pensar que por vivir en una casa con 20 años tengamos que seguir en la misma con 60 años. Si pensamos así, tendremos que seguir pensando que la misma vivienda se tiene que adaptar a todo.
Como arquitectos, creo que la mayor flexibilidad que podríamos ofrecer es lanzar al mercado casas distíntas, adaptadas a otros tipos de necesidades, que no sean la familia tradicional, la parejita… ¿qué tal una vivienda que te permita tener animales en casa? ¿y una casa donde pueda vivir una persona con hipersensibilidad química? ¿una casa donde pueda saltar todo lo que quiera sin que los vecinos se asusten, porque me gusta hacer ejercicio en casa?… (son los primeros ejemplos que se me han ocurrido…)
En mi opinión se puede decir que en general todas las viviendas cuentan con un cierto grado de flexibilidad. Aunque en muchos casos ésta, se encuentra limitada por la dimensión superficial, por la disposición de la estructura, la distribución, las instalaciones… En consecuencia, bajo mi punto de vista, cuanto más ordenada es su compartimentación y cuanto más sencilla es la supresión de tabiques para la integración de piezas adyacentes en teoría la vivienda resultaría más flexible. Pero, en este sentido cabría preguntarse si¿ se podría conseguir el mismo efecto con un distribución más versátil de los espacios a fin de de dar respuesta a los hipotéticos usuarios, cuyas necesidades no se encuentran estandarizadas sino que son variables ?
No es cierto que las viviendas cuenten con un grado de flexibilidad en general. Cualquiera adapta y transforma una vivienda en función de sus necesidades, y eso no es flexibilidad, sino auto-transformación. Es cierto que puedes diseñar un espacio neutro, continuo, con elementos móviles o pivotantes que permitan mejorar esas mutaciones, pero siempre serán transformaciones individuales de ese espacio. Dicho planteamiento ofrece versatilidad en cuanto al uso, pero es igual de rígido que cualquier vivienda clásica, ya que el espacio inicial (m2) es inmutable.
Todo diverge, atraviesa y converge en estos puntos: las estancias, la luz y la circulación.
No sólo flexibilidad entendida como característica asociada al elemento vivienda, sino también como algo que implica también al edificio, como la posibilidad de adición de espacios a la vivienda, el hijo que se hace mayor y quiere un espacio más privado, un despacho profesional, viviendas que pueden ir ampliándose o reduciéndose a lo largo del tiempo. En Europan podemos ver muchos ejemplos de este tipo
Hola Rafael. Estoy de acuerdo contigo en que eso deberías ser la vivienda flexible. Pero como bien dices, sólo en concursos como el «Europan» se pueden ver ejemplos así. El V4J fue una verdadera excepción. Promover desde una Administración pública este tipo de investigación es inusual….
Es que al final, si queremos alternativas e investigar en el modo de habitar actual, deben ser todos los agentes implicados ( y las administraciones tienen un papel fundamental) los que se impliquen. No solo los arquitectos.
Tienes toda la razón Alfredo. El V4J nos pareció una iniciativa pionera en la generación de diversas propuestas de gran calidad para una vivienda contemporánea. Con el cambio de administración una iniciativa tan fresca se torció y perdió en el olvido, lo cual es una pena, pero nos quedamos con un buen número de ejemplos presentados que dan respuestas interesantes a los problemas planteados.
¿Puede la arquitectura de la vivienda inspirada en el paradigma moderno aspirar a la flexibilidad? Pienso en la Normativa de Vivienda como un depurado de los estudios de Alexander Klein, y pienso que noda hay más moderno e higienista, pero por otro lado, pienso en la poca flexibilidad que veo en esa arquitectura.
En cuanto a la flexibilidad entendida como adaptación al usuario, yo haría una pregunta, ¿cuantas puertas de acceso tienen las viviendas actuales? ¿Cuantas puertas tiene una habitación? En ambos casos la respuesta mayoritaria es «Una puerta». Sin embargo, si echamos la vista atrás, vemos que esto no era lo común hace unas décadas. En la actualidad la estancias interiores de las viviendas se proyectan como si fuesen a ser utilizadas como dormitorios, y las viviendas como si fuesen utilizadas únicamente como residencias. La existencia de una segunda puerta, ya sea de acceso o de paso, incidiría en la flexibilidad de la vivienda, haciéndola más adaptable a cada usuario.
Si entendemos la flexibilidad en el sentido de cómo la vivienda se puede adaptar en el tiempo, os dejo un ejemplo de un proyecto muy interesante: El Proyecto Experimental de Vivienda (PREVI) de Lima, de 1976. En mi opinión lo más interesante de destacar es cómo los propios usuarios han adaptado viviendas tipo, para cada modo de vida. Las viviendas fueron proyectadas por grandes arquitectos de la época, a pesar de ello, cada usuario la ha transformado según sus necesidades. En este punto, me pregunto ¿Podemos llegar a prever el tipo de usuario que va a habitar una vivienda social?, mas en estos tiempos de cambios y de diversidad de modos de vida.
Hola Hugo. Muy interesante tu reflexión. Y también el PREVI de Lima. La pregunta es, podemos como arquitectos proyectar espacios versátiles, o la flexibilidad en las viviendas es una utopía que podremos ver sólo en Europan?
Nuestros modos de habitar cambian más rápido que nuestras tipologias: la familia nuclear pronto será una excepción y sin embargo seguimos viviendo en casas concebidas bajo el criterio nLDK.
La gente piensa en su casa como «la casa», una extensión teórica del cuerpo más que una respuesta a sus necesidades inmediatas. Nos hipotecamos a cincuenta años y precisamos que la vivienda pueda absorber nuestros cambios vitales. En un mundo entendido bajo la metáfora de la red, donde lo importante es el movimiento generado a partir de los nodos o puntos fijos y estables, si nuestro mercado inmobiliario fuera flexible, si fuéramos nosotros quienes nos moviéramos y pensáramos en cambiar de casa como de coche, no estaríamos hablando de flexibilidad en la vivienda.
Pasaríamos a ser nómadas del siglo XXI, en «un desierto inmobiliario estático, lleno de oasis» eso si es un cambio de sociedad!!!!!!!
Otra manera de vivir, posibilista de nuevas experiencias y relaciones…….
Totalmente de acuerdo. Hoy en día deberíamos de pensar en las posibilidades que se nos ofrecen, más que en las limitaciones que tenemos.
El carácter “abierto” y fluido de la materialización de los límites contribuye a una experiencia de relación y no de ensimismamiento.
Buenas tardes,
Flexibilidad, … yo la entiendo como la capacidad de adaptabilidad de los espacios proyectados y construidos a unas necesidades futuras que, parece que ultimamente son bastante cambiantes… porque a priori es dificil acotar tanto el perfil de la persona que va a habitarla… hoy es una familia…mañana la familia se reduce y es ocupada por una persona que trabaja en casa, o uno se tiene que reinventar y adaptar la propia vivienda en un espacio de trabajo… podemos facilitar estas transiciones…podemos pensar que necesidades…vinculandolas con las de la vivienda inteligente..pueden ayudar a generar esta flexibilidad..
Una vivienda flexible debe adaptarse a sus ocupantes, especialmente a lo largo del tiempo. Capacidad de almacenamiento es un concepto bastante sugerente pero igual de rígido que una vivienda tradicional. Yo entiendo la flexibilidad como un lienzo en blanco, pensado en todas sus dimensiones. Una flexibilidad limitada es la auto-transformación: un tapiz neutro que puede dar cabida a múltiples usos. La vivienda flexible debe dar respuesta a las condiciones cambiantes de cada usuario .
Flexibilidad como capacidad que tiene una vivienda de albergar a distintos tipos tipos de usuarios diferentes de modo que éstos puedan adaptarla a sus necesidades particulares
Creo que la flexibilidad en la vivienda es «simplemente»: Lugar de posibilidades. Lugar de oportunidades.
Efectivamente, es una sintesis de lo que entendemos por flexibilidad. Un espacio POSIBILISTA, de ensoñación por parte del usuario. En ese sentido «somos magos» como se decía más abajo del proceso proyectual y constructivo
Nos obsesionamos con diseñar edificios para un usuario estándar, para la mayoría de la población. Y estos diseños son apropiados como parte definitoria de una colectividad anónima, sin voz, ni voto. Resulta significativo que en aquellos casos en los que el usuario final tiene presencia y capacidad de decisión, la arquitectura pueda llegar a desligarse de su usuario de igual manera aludiendo a una falsa flexibilidad.
Estoy de acuerdo en que debemos diferenciar entre la flexibilidad entendida como capacidad de un contenedor a albergar distintos usuarios, distintos usos y su evolución en el tiempo
La Arquitectura como transformación.
Tomando como base la idea de Andrés Jaque: Duelo de magos. El arquitecto el primer mago, el usuario el segundo mago.
Interesante reflexión que no conocía. Andrés es un fenómeno!
Hola a tod@s:
Desde luego la flexibilidad en la vivienda se puede entender desde muchos aspectos. Como arquitectos debemos dotar de las herramientas necesarias a los espacios para que el usuario final, manejándolas, pueda optar por hacer de la vivienda un lugar flexible o no. ¿No creeis?
Flexibilidad, adaptabilidad, versatilidad… Pensamos en diversidad, pero ¿espacio, tiempo, uso o usuario? Quizás es cierto que no debemos tipificar una flexibilidad en estos tiempos y pensar exclusivamente en la singularidad de quien la ocupa. Entonces, si conocemos al usuario y sus necesidades, y las damos por válidas y estables ¿tiene sentido hablar de vivienda flexible?
Tienes razón, hay que tener en cuenta, de todas formas, que cuando proyectamos vivienda colectiva en teoría no conocemos al usuario final. Quizá podemos plantear la flexibilidad como la facilidad que esas personas tienen para hacer suya la vivienda que, podría darse el caso, les ha tocado en un sorteo de VPO y ellos no han elegido
Flexibilidad, que la vivienda pueda reproducirse en condiciones simultáneas, con el aprovechamiento de los recursos propios de cada región.
Quizá sea difícil hablar de flexibilidad en vivienda cuando nosotros mismos muchas veces no lo somos a la hora de usar nuestros propios espacios, y lo vemos además a menudo en nuestros clientes, que tienen una forma de vivir y es muy difícil hacer que cambien. En cualquier caso creo que hay que tender hacia viviendas más flexibles, como señalan en sus libros, por ejemplo, tanto Luis Moya en Madrid como José Mª Montaner en Barcelona.
Buenas tardes a tod@s,
Depende de lo que entendamos por almacenamiento,… ¿almacenamiento de objetos? de personas? de situaciones? de vivencias?..¿La flexibilidad tiene que dar respuesta a todos estos almacenamientos? Y todas esas respuestas deberían enriquecer el proceso y el resultado.
No tenemos que tipificar una flexibilidad en estos tiempos, …, cada vivienda debería dar respuesta a la singularidad de quién lo ocupa.
v_FLEXIBLE
_flexible, significa que la v-F se adapta a sus habitantes y no a la inversa?
_siempre he pensado que los okupas de los imponentes palacios piranessianos parecían más dueños de la situación que Madame Savoye en su villa. La mayor de las flexibilidades es la falta de forma, imposible, tal vez. La reconversión de los espacios intermedios de su condición funcional a una con-vivencial nos permitiría externalizar algunas funciones intimas. Querer, comer, dormir, trabajar, cuanto de intimo y de colectivo tienen esos tiempos, es esa la flexibilidad que necesitamos?
muchas flexibilidades, o muchas formas de ser flexible.
http://www.youtube.com/watch?v=PS5mYxs6uXg&feature=share
La flexibilidad, entendida como plusvalía, en la arquitectura no ha de aplicarse únicamente a sus espacios; debe llegar a todo el proceso constructivo y especulativo que termina por generar el producto vivienda. Existen modelos de gestión flexibles hacia una arquitectura económica y socialmente más sostenible
Buenas tardes a tod@s
Cuando nos preguntan sobre flexibilidad encontramos respuestas tan variadas como la propia arquitectura. Recuerdo una conversación con Andrés Canovas mientras visitábamos unas pequeñas VPO en el PAU de Carabanchel. Entonces él definió la flexibilidad como capacidad de almacenamiento. ¿vosotros qué pensáis?
La flexibilidad en la vivienda, va relacionada con la adaptabilidad, con la transformación de un espacio según requerimientos futuros. Con la modificación espacial según Uso – Función… Un aporte comprobado sobre el tema, fue lo que Jean Prouvé investigó y luego aplicó en sus colaboraciones a Le corbusier.
Estoy completamente de acuerdo con Andrés Cánovas. Cada vez más, las viviendas son mas pequeñas y es entonces cuando este almacemiento se vuelve imprescindible ya que nos permite que el espacio se transforme en el momento que consideremos necesario.
Recuerdo que en la escuela Pepe Morales nos hablaba de ésto mismo denominando a estos espacios «despensas», que se empleaban como colchones que uno podía utilizar de distintas maneras