Espacios queer

Esta semana celebramos el orgullo LGTBQ+  explorando el territorio queer desde el punto de vista del espacio y de la práctica arquitectónica. Antes de nada debemos recordar el origen de la palabra queer, que era un insulto dirigido hacía las minorías sexuales y que literalmente significa raro o desviado. En los años 80, estas minorías se apropiaron del insulto para reivindicar y celebrar su propia existencia fuera de los estrechos límites de la normatividad de género y sexual.

Teorizado por filósofas como Judith Butler o Paul B. Preciado entre otras, la filosofía queer lleva 30 años reflexionando sobre los mecanismos de normalización del sujeto desde diferentes perspectivas, entre ellas el espacio. Lejos de ser neutro, el entorno construido vehicula una idea de normalidad que genera exclusiones tanto visibles como invisibles. La práctica queer es crítica con estos procesos de producción espacial y explora vías para la generación de imaginarios espaciales que permitan la vida más allá de la normatividad hegemónica.

¿Puede la arquitectura ser queer? Durante los últimos días hemos propuesto una dinámica participativa en las historias del Instagram de la C-guide a partir de esta pregunta. Los ejemplos que hemos recogido nos invitan a pensar que sí existe un lugar para las prácticas espaciales críticas que amplían el horizonte de lo posible en la ciudad contemporánea. Estas son algunas de sus características.

Espacios públicos inclusivos y cambiantes

◼️ Escaparates con orgullo (Córdoba)

El espacio público es el lugar donde se desarrolla la vida social, y por tanto donde se expresan las jerarquías de manera más evidente. Los miembros del colectivo LGTBQ+ a menudo sufren las consecuencias de hacer visible su afecto en el espacio público o simplemente expresar su identidad de género. Una de las estrategias para hacer más inclusivos los espacios públicos tiene que ver con la transformación de los elementos simbólicos del espacio. El certamen “Escaparates con Orgullo” en Córdoba responde a esta estrategia. A través de la colaboración con distintos artistas locales, varios establecimientos han transformado sus escaparates con imaginería relacionada con el colectivo LGTBQ+, alterando el paisaje de símbolos que componen la experiencia habitual de la ciudad.

Enfoque ecosistémico

◼️ Oficina de Innovación Política, de Andrés Jaque

Una práctica queer arquitectónica entiende el espacio en términos relacionales. La arquitectura opera en la red de relaciones existentes en un ecosistema determinado, incluyendo actores humanos y no humanos. Desde nuestro punto de vista, la obra del arquitecto español Andrés Jaque y de su estudio Oficina de Innovación Política opera desde esta premisa. Sus proyectos utilizan una gran variedad de herramientas para generar espacialidades que alteran las jerarquías habituales de la arquitectura. Su obra, vanguardista y experimental,  no se construye según los parámetros tectónicos y materiales habituales de la arquitectura, sino que más bien se encarga de componer ecologías que abren la posibilidad de construir mundos alternativos al de la normatividad heteropatriarcal.

Nuevos estilos de vida. Construir para la diversidad y el hedonismo

◼️ Un Chico, su bulldog, un huerto y la casa que comparten (Madrid)
◼️ Don’t let me be lonely (South Algonquin, Canadá)

El espacio privado es otro de los temas abordados por algunas de las obras. La vivienda se diseña generalmente para un tipo de familia con hijos que ha sido históricamente hegemónica. Entre las obras recogidas podemos encontrar algunos ejemplos de reformas que adaptan viviendas estándar a las necesidades de otros tipos de habitantes. Es el caso del proyecto “Un chico, su bulldog, un huerto y la casa que comparten”, de Husos Architects, en el que las decisiones de diseño se adaptan tanto a las necesidades humanas como no humanas. 

Otro de los proyectos recogidos, llamado “Don’t let me be lonely” y diseñado por Common Accounts, revela otra de las características importantes de la arquitectura queer. La vivienda, situada en plena naturaleza, en lugar de ser el lugar de la reproducción, es un marco hedonista para el disfrute de sus habitantes, en este caso un trío de hombres jóvenes.

Lugares de memoria LGTBQ+

◼️ Pasaje Begoña (Torremolinos)
◼️ La Rambla de Ocaña (Barcelona)

La experiencia queer suele estar marcada por una infancia carente de referencias. La ciudad suele experimentarse como un lugar predominantemente heterosexual. Por eso, en los últimos años ha habido un gran interés por sacar a la luz la historia de los espacios urbanos que han tenido que ver con la lucha del colectivo por ganar su libertad. Algunas de las propuestas tienen que ver con esta idea. El Pasaje Begoña de Torremolinos, por ejemplo, es uno de los primeros lugares en España donde las minorías sexuales podían expresarse libremente y donde comenzaron a sentirse como un sujeto político capaz de luchar por sus propios derechos. Otro de los espacios sugeridos por nuestros usuarios, la rambla de Barcelona de Ocaña, nos hace retrotraernos  a los paseos del artista junto con sus amigos Camilo y Nazario. A través de estas acciones, el andaluz conseguía “queerificar” el espacio público en una época (recordemos que Franco aún estaba vivo) en la que la expresión de cualquier tipo de disidencia sexual estaba penada con la cárcel. Este ejercicio de reimaginación del espacio en conexión con la experiencia y la historia queer es una estrategía fundamental para pensar espacios disidentes.

Prácticas discursivas espaciales

◼️ The Parliament of Bodies (Atenas)

© Nils Klinger

El espacio que habitamos es consecuencia de una serie de discursos políticos que son materializados formalmente a través de la arquitectura y el urbanismo. Por ello, muchas de las prácticas recogidas trabajan en la generación de discursos espaciales alternativos desde un territorio cercano al arte. En este sentido cabe destacar el “Parlamento de los cuerpos” de Paul B. Preciado, una acción ideada para el programa de arte público de la edición de Documenta celebrada en Atenas en 2017. El “Parlamento de los cuerpos” es una forma espacial que pretende generar una institucionalidad itinerante en el que la presencia de los cuerpos no esté mediada por el género, la raza o el estatuto de ciudadanía. A los pies de las ruinas de la Acrópolis y en una Atenas que en ese momento era un punto de encuentro entre refugiados de todo el mundo y cooperantes internacionales, esta acción proponía eliminar las exclusiones espaciales inscritas en  los cuerpos en forma de raza, nacionalidad o género. 

Espacios seguros

◼️ Viviendas sociales La Brea (Los Ángeles)
◼️ Silverlake Lounge (Los Ángeles)

Como ya se ha comentado, el espacio normativo de la ciudad no suele ser amable con las minorías sexuales. La existencia de espacios seguros donde poder expresarse libremente ha sido esencial para la experiencia queer. En esta tipología podemos destacar algunos lugares de ocio históricos, como el Silverlake Lounge de Los Ángeles, una de las cunas del drag. La importancia de estos lugares de socialización queer es un tema muy importante en la actualidad, cuando la existencia de aplicaciones digitales está transformando la forma de relacionarnos y ha provocado la desaparición de muchos de estos sitios en la última década (recomendamos las investigaciones de Ben Campkin al respecto). Asimismo, debemos mencionar otros proyectos que ofrecen refugio para jóvenes pertenecientes al colectivo LGTBQ+ en situación de vulnerabilidad. Por ejemplo, las viviendas sociales La Brea en Los Ángeles o el Centro Firodiya en Ahmednabar (India).


Esperamos que esta pequeña recopilación participativa de espacios queer sirva para contribuir a la visibilización del colectivo dentro de la profesión, y sobre todo a pensar una arquitectura crítica con las dinámicas espaciales que excluyen a las minorías.

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